La colección se ha inspirado en la mujer frágil, delicada y tradicional de Japón. Las formas, pliegues y línea de los vestidos transmiten paz, misterio y suavidad. Por eso su colección es también discreta, pero no por ello exenta de un gusto y elegancia exquisitos.
Los tejidos preferidos por Carmen Halffter para los trajes de novia abarcaron desde la gasa al terciopelo devoré, pasando por la seda salvaje, el raso bordado y tejidos armados con estampados troquelados en el mismo tono. Los colores: el marfil, el gris y el blanco empolvado.
Las líneas son envolventes y los largos arrastrando por el suelo. Talles altos, espalda en pico acentuando la suavidad de la nuca, mangas japonesas, pliegues y escote kimono o al estilo samurái. Con frecuencia, los plisados angulosos recordaban al tradicional arte japonés del origami.
En definitiva, una colección original y variada, en la que también mostró vestidos de fiesta y cóctel en suaves gasas degradé y monocolores. Un estilo muy femenino, de líneas limpias que realzan la figura, y siempre atrevido por las mezclas de detalles y tejidos.
“Que busquen un vestido que las defina, para que cuando en un futuro vean sus fotos sigan pensando que escogieron el vestido perfecto”, es la recomendación de la diseñadora a las mujeres que están a punto de vestirse de novia.
Fuente:fashion
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